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Gansos en parque eólico

Evaluación de Impacto Ambiental: ¿Qué es y por qué es esencial en proyectos que transforman el territorio?

Cada vez que se construye una carretera, se abre una mina o se instala un parque eólico, el entorno cambia. La pregunta es: ¿qué consecuencias tendrá esa obra para la naturaleza y para las personas?

La respuesta la encontramos en la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), una herramienta fundamental que nos ayuda a prever esos efectos y a tomar decisiones más responsables.

Más allá de ser un requisito legal, la EIA es una forma de asegurarnos de que el desarrollo vaya de la mano de la sostenibilidad.

 

¿Qué es una Evaluación de Impacto Ambiental?

La EIA es un procedimiento administrativo y técnico cuyo objetivo es identificar, prevenir y valorar los posibles efectos que una intervención en el territorio puede causar en el medio ambiente: el aire, el agua, el suelo, la flora, la fauna y también la salud de las personas. A su vez, una EIA también valora las afecciones naturales que puede sufrir el proyecto, es decir su vulnerabilidad frente a riesgos naturales en la zona (como incendios, inundaciones, deslizamientos, colapsos, tormentas, etc)

En pocas palabras: antes de dar luz verde a un proyecto, la EIA nos dice qué podría pasar y cómo evitar daños innecesarios.

 

Objetivos principales de una Evaluación de Impacto Ambiental
  • Proteger la naturaleza de impactos irreversibles: El objetivo principal de la EIA es prevenir daños al medio ambiente antes de que ocurran. Si un proyecto amenaza con destruir un hábitat protegido, contaminar un río o provocar erosión en el suelo, la evaluación permite identificarlo y proponer medidas para evitar o reducir ese impacto.
  • Prevenir riesgos para las comunidades y el territorio: Los proyectos no solo afectan a la naturaleza: también a las personas. Una EIA estudia los posibles riesgos para la salud humana, la calidad del aire, el agua potable o la seguridad de quienes viven cerca de la zona. Así se pueden anticipar problemas y proteger a las comunidades locales.
  • Promover proyectos sostenibles, pensados a largo plazo: La EIA ayuda a diseñar proyectos que sean viables en el tiempo, que aprovechen mejor los recursos y que respeten los límites ambientales. Esto significa que un proyecto no solo debe ser rentable hoy, sino también dentro de 10, 20 o 30 años, sin agotar los recursos naturales.
  • Cumplir la normativa vigente y evitar sanciones: En la mayoría de países, la Evaluación de Impacto Ambiental es un requisito legal. Hacerla garantiza que el proyecto cumple con la legislación ambiental, evita sanciones y asegura que el promotor pueda obtener los permisos necesarios. En resumen: ahorra problemas legales y administrativos.
  • Facilitar la toma de decisiones por parte de las administraciones públicas: La EIA ofrece a las autoridades una visión completa y objetiva de los impactos de un proyecto. Gracias a ella, las administraciones pueden decidir con mayor criterio si un proyecto debe aprobarse, modificarse o rechazarse (equilibrando desarrollo económico y protección ambiental) y su contenido les servirá como base para la elaboración de condicionantes a modo de medidas preventivas, complementarias y compensatorias que den el toque final a la viabilidad ambiental del proyecto.
¿Por qué es clave en cualquier proyecto?
  • Porque es obligatoria en muchos casos. En la mayoría de países, incluida España, la legislación exige este procedimiento para proyectos con posibles impactos ambientales. No realizarla puede suponer sanciones, paralización de obras o pérdida de licencias. Además la Evaluación de Impacto Ambiental garantiza que cambios en el proyecto durante la fase de ejecución o explotación no previstos estén amparados por un documento legal que vela por el medio ambiente, lo que permite acometer dichos cambios siempre que se cumplan los condicionantes ambientales expuestos en su resolución.
  • Porque da confianza. Las empresas que integran la evaluación ambiental en sus proyectos transmiten compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social, algo cada vez más valorado por inversores, clientes y sociedad.
  • Porque ahorra problemas futuros. Detectar riesgos ambientales antes de ejecutar un proyecto, así como posibles afecciones para el medio ambiente, evita costes derivados de accidentes, sanciones o medidas correctoras posteriores.
  • Porque asegura un futuro viable. Un proyecto planificado con criterios ambientales tiene más probabilidades de mantenerse viable a largo plazo, tanto en términos económicos como sociales.
  • Porque contribuye a la biodiversidad: Si la planificación es acertada y las medidas ambientales propuestas son correctas, las actuaciones sobre el territorio pueden mejorar el espacio presente a especies amenazadas.
Parque eólico
Fases de una Evaluación de Impacto Ambiental

Aunque cada caso tiene sus particularidades, la Evaluación de Impacto Ambiental suele seguir estos pasos:

  1. Identificación de impactos potenciales: Se analizan los posibles efectos del proyecto: ¿hay presencia de espacios naturales protegidos? ¿hay especies protegidas en el entorno? ¿afectará a un río? ¿destruirá un hábitat? ¿aumentará la contaminación acústica? Esta primera fase es como hacer una lista de riesgos, así como de posibles afecciones al entorno y a las especies.
  2. Elaboración del Estudio de Impacto Ambiental: Aquí se entra en detalle: un equipo de especialistas realiza un estudio técnico para medir la magnitud de esos impactos y proponer medidas para reducirlos o compensarlos. Normalmente un ambientólogo o ingeniero ambiental dirigirá el estudio, en el que -debido a su diversidad- podrán colaborar otros técnicos como biólogos, geólogos, ingenieros, etc.
  3. Consulta pública y participación ciudadana: El proyecto y su estudio se hacen públicos. La sociedad, asociaciones o colectivos interesados pueden aportar sus opiniones, preocupaciones, condiciones o sugerencias. Esto asegura transparencia y participación democrática.
  4. Análisis técnico y resolución administrativa: La administración revisa toda la información, evalúa los riesgos y decide si el proyecto puede llevarse a cabo, bajo qué condiciones o si debe ser rechazado.
  5. Seguimiento y control de medidas correctoras: La EIA no termina con la autorización. Una vez en marcha, el proyecto debe ser supervisado para comprobar que se cumplen las medidas propuestas y que no aparecen nuevos impactos.
Tipos de Evaluación de Impacto Ambiental

No todos los proyectos tienen el mismo nivel de impacto en el medio ambiente. Por eso, la legislación distingue entre diferentes tipos de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), que varían según la magnitud del proyecto y la posible afectación al entorno.

En España, la Ley 21/2013, de Evaluación Ambiental establece principalmente dos modalidades:

 

Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria

Es la más completa y exhaustiva.

  • Se aplica a proyectos que, por su envergadura o potencial impacto, pueden generar efectos significativos en el medio ambiente. También aplica cuando la intervención en el territorio se lleva a cabo sobre espacios naturales protegidos, con afección a la red natura 2000, o a planes de recuperación de especies.
  • Requiere un Estudio de Impacto Ambiental detallado, en el que se analizan todos los posibles efectos sobre el aire, el agua, el suelo, la biodiversidad, el paisaje o el patrimonio cultural.
  • Incluye una fase amplia de información pública y consultas a las administraciones y colectivos interesados.
  • Concluye con la emisión de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), donde la administración determina si el proyecto es viable y bajo qué condiciones.

Ejemplos de proyectos que suelen requerir EIA ordinaria: Autopistas y grandes infraestructuras de transporte, centrales térmicas, nucleares o de ciclo combinado, grandes presas, aeropuertos, líneas ferroviarias, explotaciones mineras a cielo abierto, líneas eléctricas, proyectos de energías renovables, etc.

 

Evaluación de Impacto Ambiental Simplificada

Es un procedimiento más ágil y menos complejo, pensado para proyectos de menor escala o con un impacto ambiental potencialmente menor.

  • El promotor presenta un documento ambiental simplificado, que resume las características del proyecto y los posibles efectos.
  • La administración analiza si esos impactos son significativos.
  • Si considera que no lo son, emite un informe ambiental con medidas preventivas o correctoras.
  • Si detecta riesgos importantes, puede exigir que el proyecto pase al procedimiento ordinario.

Ejemplos de proyectos que suelen requerir EIA simplificada: Pequeñas instalaciones industriales, ampliaciones o modificaciones de proyectos ya existentes, líneas eléctricas de distancias cortas, obras urbanísticas de menor impacto, etc.

 

Marco legal de la Evaluación de Impacto Ambiental en España y la Unión Europea

La Evaluación de Impacto Ambiental no es un simple procedimiento técnico: está respaldada por una sólida base legal que garantiza su aplicación en todos los proyectos que puedan afectar al medio ambiente. Tanto en España como en la Unión Europea, la normativa busca un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del entorno.

La base europea: Directiva 2011/92/UE

En la Unión Europea, el marco de referencia es la Directiva 2011/92/UE, relativa a la evaluación de las repercusiones de determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente.

  • Esta norma obliga a los Estados miembros a evaluar los impactos antes de autorizar proyectos con efectos significativos.
  • En 2014 fue modificada por la Directiva 2014/52/UE, que introdujo mejoras en aspectos como:
    • La necesidad de considerar el cambio climático y la vulnerabilidad del proyecto frente a riesgos naturales.
    • Mayor énfasis en la participación ciudadana.
    • Requisitos más claros de transparencia y calidad técnica en los estudios.

Las directivas europeas son el marco común que asegura que todos los países de la UE apliquen criterios similares de protección ambiental.

El marco español: Ley 21/2013 de Evaluación Ambiental

En España, la normativa de referencia es la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de Evaluación Ambiental, que unifica en un único texto la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE).

Sus principales características son:

  • Establece los dos tipos de evaluación: ordinaria y simplificada.
  • Regula los plazos, documentación y procedimientos que deben seguirse en cada caso.
  • Refuerza la coordinación entre administraciones públicas y la participación ciudadana.
  • Busca facilitar un marco legal de elaboración de proyectos con el mayor respeto y protección de la naturaleza (sin tener como objetivo su prohibición sino su ejecución responsable)
  • Integra criterios de sostenibilidad, salud humana y cambio climático en la toma de decisiones.

Además, esta ley se complementa con normas autonómicas, ya que las comunidades autónomas tienen competencias en materia ambiental y pueden concretar requisitos adicionales en sus territorios.

Convenios internacionales

España y la UE también forman parte de convenios internacionales que refuerzan este marco legal, como el Convenio de Aarhus (1998), que garantiza el derecho de acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en materia ambiental.

 

Conclusión

La Evaluación de Impacto Ambiental no es un simple trámite. Es una herramienta clave para lograr que el progreso y el respeto por el entorno vayan de la mano.

Cada proyecto que pasa por este proceso tiene más opciones de ser viable, seguro y sostenible. En definitiva, la EIA es una garantía de futuro: para las empresas, para las comunidades y, sobre todo, para el planeta.