Ya se pueden visitar las reproducciones de cocodrilos en el yacimiento de la Virgen del Campo en Enciso (La Rioja) que ilustran a los posibles productores de algunas de las icnitas encontradas en este yacimiento del Cretácico inferior. La instalación incluye una mesa interpretativa con gráficos e ilustraciones y que muestra distintos aspectos sobre estos cocodrilos, sus icnitas y el paleoambiente en el que vivían.
Para su realización, el Ayuntamiento de Enciso ha contado con el equipo de paleontólogos y artistas plásticos y gráficos de Paleoymás, formado por dibujantes, escultores, pintores, y diseñadores. Éstos han desarrollado el proceso creativo que comienza con la definición de dimensiones y postura, basada en las publicaciones de los investigadores de la Universidad de La Rioja y los últimos conocimientos sobre la evolución de los cocodrilos. A partir de ahí, y siempre asesorados por nuestros palentólogos, los diseñadores trabajan el volumen y la textura en un modelo 3D que posteriormente es reproducido y decorado por nuestro equipo artístico.
Cocodrilos goniofólidos
Se trata de dos cocodrilomorfos que podrían haber habitado esta zona durante el Cretácico Inferior. Por su tamaño y debido a la presencia de otros en puntos de la cuenca de Cameros, sabemos que podría tratarse de individuos de la familia Goniopholidae. Estos cocodrilos se caracterizan por presentar una depresión bien definida entre los ojos, unos dientes cónicos y estriados y unos osteodermos centrales a lo largo de su espalda.
Tras un estudio del registro fósil se ha podido identificar que, durante el Cretácico Inferior, el yacimiento de la Virgen del Campo formaba parte de un humedal o laguna, asociada a una zona deltáica, en la que las zonas de agua dulce y salada se mezclaban. La masa vegetal era escasa y la mayor parte del registro vegetal encontrado consiste en restos arrancados, como es el caso del troncofósil de Igea.
En este yacimiento se ha tenido la oportunidad de definir por primera vez los rastros generados por la seminatación de cocodrilos. Cuando estos se sumergían en el agua, adquirían una posición subhorizontal que permitía que la cola y la zona ventral estuvieran apoyadas en el fondo y utilizaran las patas traseras y la cola para propulsarse. Las uñas de las extremidades posteriores arañaban el sustrato, dejando huellas que se han conservado hasta nuestros días.
Además de huellas de cocodrilos, también podemos encontrar rastros de tortugas como Camerochelys y peces como Lepidotes.
El yacimiento de la Virgen del Campo es uno de los más interesantes de La Rioja, debido a sus más de 500 huellas de dinosaurio y los numerosos datos que aporta sobre el paleoambiente del Mesozoico.
Muchos de estos restos paleontológicos se pueden observar en el Centro Paleontológico de Enciso, donde de una forma amena, el visitante puede descubrir cómo se forman los fósiles, aprender sobre el mundo de los paleontólogos, recorrer las etapas de la tierra y mucho más.
