Desde el pasado viernes 17 de noviembre ya se puede disfrutar en el Museo de los Mares Paleozoicos de Santa Cruz de Nogueras (Teruel) de dos nuevas reconstrucciones de peces devónicos (de hace aproximadamente 390 millones de años).
El municipio, situado en la Comarca del Jiloca, se alza sobre un mosaico de rocas fosilíferas. Sus restos paleontológicos han contribuido a la reconstrucción de los ambientes que predominaban en la zona durante el Paleozoico, así como de los organismos que habitaban en ellas.
El Museo de los Mares Paleozoicos acerca al visitante a dichos entornos y a las criaturas que estos albergaban, en una época en la que la vida estaba concentrada en el mar y los dinosaurios todavía no dominaban los continentes.
Los recién llegados
Las reconstrucciones recién inauguradas pertenecen a dos tipos de peces acorazados. Ambos son placodermos, los primeros vertebrados en poseer mandíbulas, y vivieron en el entorno de lo que ahora es Santa Cruz de Nogueras durante el periodo Devónico.
El primero es Carolowhilhelmina geognostica, un pez de morro alargado —que nos puede recordar a un pez espada— cuyos restos originales se encuentran expuestos en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza. Fue descubierto por el paleontólogo Peter Carls y puedes ver un modelo 3D de su cráneo aquí.
La reproducción en vida del ejemplar se basó en una reconstrucción realizada por nuestro equipo de ilustración y asesorada por expertos, que sirvió para la construcción de un modelo 3D simulando el animal a nado. Posteriormente fue fresado, se le añadió textura y se procedió a su pintado. La escultura puede verse ahora colgada del techo del Museo de los Mares Paleozoicos.
El segundo pez acorazado es un placodermo primitivo de gran tamaño que recuerda a los gigantes Dunkleosteus. En este caso no se realizó una reproducción de un ejemplar en vida sino una réplica de parte de su esqueleto, concretamente su cráneo, de más de 1 m de largo.
Para ello se escanearon los restos óseos, se reconstruyeron en un modelo 3D y después se imprimieron. A las piezas se les dio el mismo aspecto que las originales, respetando el tono marrón claro de la restauración que hizo Peter Carls.
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