976 32 65 65 info@paleoymas.com
Prospección arqueológica

¿Qué es una prospección arqueológica?

Al mencionar la arqueología, la imagen más predominante que suele venirnos a la cabeza —aparte de la de Indiana Jones con su látigo y su sombrero en alguna de sus aventuras— es la de una excavación. Sin embargo, aunque quizá más impactantes, las excavaciones son solo una pequeña parte del trabajo que realizan los arqueólogos; junto a ellas, las prospecciones arqueológicas son una fase fundamental en la investigación y caracterización de los yacimientos.

 

Una prospección arqueológica consiste en explorar y analizar una extensión de terreno con el objetivo de localizar yacimientos humanos o restos pasados de actividad humana para poder caracterizar su potencial patrimonial. Es decir, una prospección arqueológica es, por naturaleza, la búsqueda de un yacimiento, y no el trabajo en uno ya existente.

 


Las prospecciones facilitan la planificación de una intervención, establecen medidas de protección y evitan posibles modificaciones, retrasos o parones durante la fase de ejecución. En Paleoymás nos hacemos cargo de todo el proceso.

Conoce más


 

 

Siguiendo el modus operandi

Pese a que el azar puede jugar un papel importante en el hallazgo de yacimientos o restos arqueológicos —como en el caso de las cuevas de Altamira—, las labores de prospección sistemática dentro de proyectos de investigación o de la arqueología de gestión son fundamentales para obtener información sobre la ubicación y dispersión de los yacimientos. No obstante, el trabajo de una prospección empieza antes de salir al campo.

 

En primer lugar, es imprescindible contar con el permiso de la administración competente, que en el caso de España está gestionado por el servicio de patrimonio de cada comunidad autónoma. Además, es muy recomendable recabar la información disponible sobre la zona de actuación. Para ello se ha de revisar la bibliografía especializada, así como las Cartas Arqueológicas o los PGOU (Plan General de Ordenación Urbano) de los que dispone cada ayuntamiento o administración. Asimismo, las fotografías aéreas históricas, las ortofotos y la toponimia son otros recursos fundamentales a tener en cuenta a la hora de planificar una prospección.

 

Junto a las prospecciones superficiales, limitadas a la visualización de la superficie del terreno, hay otro tipo de prospecciones que complementan a las anteriores. Se trata de las prospecciones del subsuelo, realizadas mediante métodos magnéticos y de georradar, que pueden aplicarse a yacimientos ya conocidos o a sus entornos. Estos sistemas son sensibles a estructuras subyacentes, por lo que los datos aportados son de gran ayuda tanto para valorar la entidad y distribución interna de un yacimiento, como para decidir con garantías el lugar donde se va a iniciar una excavación o sondeo.

 

 

 

Noticias relacionadas

Prospección arqueológica y magnetometría en el delta del Ebro

Realizando prospecciones previas asociadas a carreteras (A-68, Alcañiz)

Control arqueológico del Delta del Ebro (Red Natura 2000)

Vestigios de nuestro pasado: 10 museos arqueológicos de España